Monday, March 12, 2012

Lujuria de la lectura

Lujuria, pasión y amor no son palabras que solemos asociar con el acto de leer. Sin embargo, a los que nos gusta leer, ficción en específico, el acto rebasa el simple transferir de información. Leer novelas nos lleva a otros mundos para sumergirnos en realidades ajenas. El contar historias es íntegro a la humanidad y al leer, participamos en una cadena que nos lleva hasta los principios de nuestra evolución como seres sociales.

Los invito a acompañarme en un viaje al mundo de la lectura. Empecemos con un microrrelato del autor guatemalteco Augusto Monterroso, “El dinosaurio”:

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Monterroso nos entrega un cuento en menos de veinte sílabas, invitándonos a completar el relato con nuestra propia imaginación. Las posibilidades son limitadas sólo por el número de personas que leen el cuento; cada uno con su experiencia vivida, su personalidad única, su visión del mundo muy suya. Monterroso fue un maestro de este género y sus fábulas siempre nos ponen a pensar y a cuestionar el status quo como “La oveja negra”:

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.

Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.

Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

¿Les recuerda de algún personaje? De esta manera, para los que son renuentes a la lectura, recomiendo empezar con cuentos. América Latina cuenta con los mejores escritores del… ¡cuento! Otro autor de Guatemala, el gran Miguel Ángel Asturias ganador del Premio Nobel en 1967, publicó cuentos inspirados por las leyendas de su tierra en El espejo de Lida Sal. Los cuentos del argentino Julio Cortázar no tienen igual, recomiendo Queremos tanto a Glenda. Para un reto a los que les gustan la filosofía, los laberintos, bibliotecas y espejos, Jorge Luis Borge y El Aleph los espera.

¡A leer se ha dicho! Algunos relatos los pueden encontrar en línea y encontrarán todos en el Centro Hispano de la Biblioteca de Tulsa.

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